Ayer fue día de deporte, no de practicarlo pero si de verlo. Mi amiga la Rubia me invitó a ver el balonmano, me preparé el bocadillo y al pabellón.
Allí animamos al Portland San Antonio que jugaba con el Cuenca y ganamos 34- 28. Yo fiel a mi costumbre de fijarme en el "último mono" ( o sea en el que normalmente pasa desapercibido, me pasa lo mismo en los conciertos, me fijo en el que tiene por ejemplo la toalla o les da agua....)pues eso, me fije en un jugador del equipo contrario que poco hacía (desde luego no sudaba la camiseta).
Solo pensaba que al acabar el partido llamaría a su madre y le diría " mamá he metido 6 goles" " ah! que bien hijo mío así me gusta por supuesto no tendré que lavar la camiseta no?" " no, ni me he inmutado madre"
Y qué pensarán sus compañeros " nosotros aquí venga correr y este en la esquina y cobra lo mismo que los demás, o más"
Vamos que marcó los goles porque le vino el balón encima....
La Rubia se reía mucho de mi "pero míralo... ahí todo tieso..." " va! mientras sea del otro equipo" " pues también es verdad"
Como vereis aún me tiene impactada....
Nuestros zapatos con los restos del bocata
Entradas
1 comentario:
Yo tenía una amiga que iba a ver el fútbol cuando el equipo de mi ciudad estaba en primera y esas cosas, y aunque muy socia ella -yo no pago para ver a unos tíos corriendo detrás de una pelota cada quince días- no sabía que era un fuera de juego, pero eso sí, se fijaba en qué jugador se había cortado el pelo en la última semana. De balonmano una vez vi el gran derby femenino Akaba - Itxako.
Publicar un comentario